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Mostrando entradas de 2019

Julián

Cuando Julián volvió a pedir ayuda para internarse otra vez   en la chacra, lo estaba haciendo por tercera vez desde su primer intento de rehabilitación. Había sido siempre igual hasta entonces; consumo desmedido y problemático, internación, recuperación de unos meses y otra vez a la calle con su ilusión de que ya podía solo. Lo distinto esta vez, es que había tenido un pasaje por la cárcel de cuatro años y medio, donde ya había perdido el vínculo con su esposa e hija, además de no tener una buena relación con su padre y hermanas, en carrera de distintos consumos, todos ellos. Lo cierto es que esta vez “ iba a ser distinto” , según decía él. Siempre es distinto y conveniente, desde el pensamiento mágico de un adicto; como por ejemplo, seguir creyendo -a los pocos días donde se comienza a ver la recuperación- que aún puede controlar el tiempo de la misma. Un autoengaño característico en la adicción, que si no se interviene de forma integral, es seguro que se vuelva a repeti

La voluntad de Dios (buena, agradable y perfecta)

Hurgando en viejas libretas de apuntes que me llevaran a algún devocional en Jabes sobre Semana Santa, llegué al 2017, jueves 13, para ser más exacto; quise recordar y no pude, las imágenes de esa mañana. Seguramente, y en este intento de imaginar aquellos climas, estaríamos ya compartiendo el desayuno tempranero unas diez personas, no menos. Entre ellas, andaría la abstinencia peleando contra las ansiedades y contra los deseos de volver a consumir; por otro lado, estaría el malhumor y los sentimientos encontrados, de cara a las tareas que habría que llevar adelante ese día. No todo es agradable cuando los pensamientos aún siguen sosteniendo viejos hábitos problemáticos y la ausencia de buenas costumbres nunca aprendidas. Volviendo a los apuntes, encuentro anotado, Mateo:26, que es el momento bíblico donde se empieza a conocer lo previo a la muerte de Jesús. Desde la conspiración hasta la negación de Pedro, pasando por la traición de Judas, siguiendo por la última cena ha

Laberintos de pies descalzos

Al infinito se ven llegando mil laberintos de pies descalzos bordando arenas, hundiendo el paso hilando huellas, caracoleando. Y van y vienen varios sentidos senderos breves, largos caminos por las orillas del mar abierto dunas arriba y luego cayendo. Unos veloces, firmes, precisos otros en goce, lentos, sumisos Rotos castillos fueron quedando en laberintos de pies descalzos allí renacen cuando se ocultan luces fugaces de noctilucas. Señal de duendes en luna llena pasaje inerte de almas en pena borrando el rastro en las escolleras o en el remanso de aguas que llegan. Despierta el día, cae la marea playa vacía, pisadas nuevas. (Letras de la primera hora – enero 28, 2002)

“Solos no podemos, solos no aguantamos…”

La mirada de Dios ante el consumo adictivo(5) Era una de esas tardes a fines de enero, cuando el calor agobiaba. Habíamos preparado todo para el espacio abierto, donde llevamos adelante las reuniones para personas con problemas de consumo y de adicción; sillas en círculo, a modo de anfiteatro, el aire acondicionado en frío, nivel 26 y la pizarra contra la pared, donde colgaba un ventilador que giraba a gran velocidad. Esta vez, sustituimos el mate, el té y el café por una gaseosa pomelo de 2 litros. Esa tarde habían concurrido tres personas, pero el número de participantes nunca fue ni será motivo de frustración a la hora de abordar esta problemática que nos confronta como sociedad. La apertura de las reuniones tienen la particularidad de una espontánea charla sobre lo que sea, como para soltarse y alejarse de alguna estructura que pueda ahuyentar cualquier deseo de expresarse; es como llegar a un lugar con personas más o menos conocidas, saludar y mezclarse en una conve

Transiciones

la mirada de Dios ante el consumo adictivo(4) En algún rincón escondido, el alma atesora los momentos aquellos que significan alegrías y felicidades, como archivos siempre dispuestos a salir a escena. En tiempos de compartir, los libera para nuestro gozo alimentando sutilmente también, nuestra porfiada egolatria . Entonces, llega el día donde contamos esas historias cuando fuimos los protagonistas de finales felices; donde hubieron excesos que dejamos entrever como hábitos naturales de nuestro pasado y que hoy, estando en un proceso de recuperación espiritual, los escondemos como si nunca hubiesen existido. Quién, por ejemplo, no reveló alguna aventura fantástica, exitosa y sorprendente, como si fuera la más grande experiencia vivida; así después, con su ego exacerbado, disfrutar de la admiración y de los halagos de aquellos que terminaron aplaudiendo un pequeño pasaje de vida, de la que solo quedaron los recuerdos selectivos de un ser humano insatisfecho. De hi

Los Amores

Los nuevos amores, esos que se encuentran y que no se buscan, también han formado parte de varias transformaciones en Jabes. Fortalecidos en la fe y llamados a ser fuente de vida en el seno familiar, surgen majestuosos al igual que el vuelo de los pájaros, irrumpiendo cielos con armoniosas melodías de trinares y de aleteos. Empiezan a conocerse, se frecuentan todas las semanas; se preguntan y se responden las cosas que los acercan o bien que los mantiene aún lejos. Se ríen a carcajadas de locuras que han vivido en otros días y se emocionan cuando los conmueve algún duelo no resuelto. Y así se van entreverando, haciendo espacio para la nueva vida de a dos que ya se prometieron, intentando en vano controlar el tiempo y sometidos por la ansiedad que les desordena ritmos y horarios, en esa urgencia de estar juntos. Entonces, se los puede ver recorriendo la chacra y planificando esa boda, por el parque de pinos y cipreses, compartiendo con los otros entre lágrimas y abr

Y salí a caminar...

Le dije a mi esposa cuando vine de trabajar, ‘…esta tarde empiezo a salir a caminar...’, ella respondió, descreída ”see, see..”. No era para menos, hace meses que vengo anunciándolo y aún no había podido cumplir con ese propósito; esta tarde lo hice, finalmente. Saliendo desde el portón de mi casa, puse la alarma en treinta minutos para pegar la vuelta. Iba a caminar una hora, de las casi tres semanales que me pidió la nutricionista, allá por Junio del año pasado. Salí a un ritmo firme que pude mantener hasta el regreso casi, salvo esos momentos donde paré unos segundos para tomar algunas fotos para el blog. La tarde conspiró para el disfrute por Avenida de las Instrucciones, la música que iba escuchando tomaba lugar en el ranking de mi cabeza, buscando el mejor lugar para destacar en este relato. La primera canción que soltó la reproducción aleatoria, fue ‘Pájaros de barro’ de Manolo García; en su clásica introducción de guitarras y palmas estaba ya inmerso, cuando  

Todos, al menos una vez, serán iguales.

Desde el basural del mundo La prisión recibe semanalmente decenas de procesados de toda calaña y linaje, procedentes de todos los sectores sociales y salidos de mejores o peores cunas. Aunque en gran porcentaje predomina el modelo social más bajo, ninguna casta conocida escapa a la posibilidad de vivir un tiempo detrás de rejas. El ladrón, el cafisho, el asesino y el timador, duermen y comen en la misma celda; caminan juntos inmersos en grandes charlas por el patio y hasta aprenden a respetarse, al margen de sus filosofías delictivas. Todos, al menos en esa etapa de sus vidas, compartirán la misma perspectiva desde su cautiverio, sufrirán las mismas carencias que “brinda” la cárcel y si es necesario pelearán codo a codo por sus derechos. Todos, al menos una vez, llevarán el cucharón hasta el fondo de la olla del “rancho”, para ver si ese día algún buen pedazo de carne escapó al ojo del carnicero y en lugar de haber terminado en un bolso rumbo a la casa de un pol

Proa al hastío

“Está mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja, hablaré con amargura de mi alma” Job: 10,1 La mirada de Dios ante el consumo adictivo (3) Desde este pasaje bíblico donde Job se lamenta ante Dios de su condición, se define con éxito la desesperanza. Se empacha de sufrimiento y de dolor y no permite al profeta claridad en su discernimiento, ni consiente el más leve signo de renovada voluntad. Dentro de este estado de decadencia espiritual encontramos al adicto, encerrado en su enfermedad y sobreviviendo exclusivamente bajo las pautas que le exige la adicción. Es capaz de superar cualquier obstáculo que le impida volver a consumir, pero no puede parar para buscarse, ni un solo segundo. Ha perdido todo, menos aquello que aún lo mantiene lejos de darle pelea a su enfermedad; ya no reconoce otro camino que no pase por ese deseo desproporcionado de conseguir una vez más, aquella sensación de placer de la primera vez, algo que nunca más alcanzará. Esa es la

Siguen cayendo las tardes

Siguen cayendo las tardes a espaldas de la escollera, espejando la bahía de plateadas lentejuelas; vuelven las mismas gaviotas a revolotear la escena y el mar deja al murallón descascaradas almejas. El hilo del pescador en su volar solo sueña llegar hasta el horizonte donde duermen las sirenas. Siguen cayendo las tardes.., desoladas, sin presencia, cuando la brisa presiente el arribar de tormentas; cuando en nubes enloquecen esos grises que se cierran; cuando se mezcla en el aire la esencia de las mareas; donde el relámpago irrumpe y el cielo en rayos se quiebra abriendo paso al tronar que estrepitoso apalea. Siguen cayendo las tardes y el viento que me golpea va encrestando el fuerte oleaje que entre las rocas revienta; que en furiosa marejada viene tomando carrera, desplegando su abanico, desmembrándose en piruetas; y la explanada encalada interrumpiendo la pesca suelta latas con carnada y restos de cañas viejas.

Los Reyes Magos...¡esos viejos sabandijas!

Crónica - Peligra la popularidad del tan ansiado 6 de enero  Estrictos trabajos de investigación denuncian hoy un hecho inusual. La imagen de aquellos viejos Reyes, eternos testigos del nacimiento del niño Jesús, anda en tela de juicio. Dicen quienes los han visto, que las causas involucran tradiciones y costumbres que han llevado a los tan mentados Magos a equivocar el rumbo, cayendo cada año en tentaciones paganas. Por los campitos de la rambla corretean los niños en busca de pasto para los Reyes. La ilusión se hace presente, convocando a la inocencia de los más pequeños a mantener el espíritu del 6 de enero. A dormirse temprano entonces - dice una voz paternal- que mañana tempranito llegan los Reyes. La realidad dice otra cosa. Lo de “tempranito” está por verse, dado que, gracias a varios testimonios de padres, niños y comerciantes, estos dadivosos misioneros del regalo, llegan a los hogares cada vez con más retraso, cometiendo toda clase de error